Nicolás Laíz Placeres (Lanzarote, 1975) Artista visual. Estudió en la Carrera de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid (2001) y obtuvo una maestría en Goldsmiths College de Londres (2003).
Su trabajo se ha expuesto individualmente en: Galería DF (Santiago de Compostela), Tablet Gallery (Londres), Instituto Iberoamericano SPKB (Berlín), El Ajibe (Lanzarote) y Kunst in Furstenlager (Benshelm); y de manera colectiva en: Espacio Cultural El Tanque (Tenerife), Galería Manuel Ojeda (Gran Canaria), Espacio Abisal (Bilbao), K12 Galerie (Bregenz, Austria), Bearspace (London), Eugenio Granell Foundation (Santiago de Compostela), SADI Foundation (Seoul), Arch Gallery (London), Museo de la Ciudad (Madrid), Ateneo de Madrid and J.A. Lumbreras Gallery (Bilbao).
Se ha hecho acreedor a varias becas y residencias como Bundesministerium für Unterricht, en Kunst und Kultur, Vienna, KUB Kunsthaus (Austria) y Bilbaoarte (País Vasco), así como el premio de creación de la XVII Edición Circuitos de Artes Plásticas y Fotografía of the Comunidad de Madrid (2005).
Actualmente vive en Lanzarote, España.
“Mi trabajo consiste en la reflexión a través de diferentes técnicas como el dibujo, pintura, escultura e instalación de conceptos como el paisaje, el exotismo y la construcción de la naturaleza como concepto cultural, social y económico.
La idea de construcción cultural es central a mi planteamiento artístico. En mis proyectos puedo adoptar, en función de mis necesidades, el punto de vista de un naturalista, de un historiador o de un maquetista y con la misma libertad emplear conceptos estéticos del muralismo socialista mexicano como de la vanguardia rusa constructivista.
Cada uno de mis proyectos pretende ser un camino de investigación abierto sobre diferentes cuestiones que me interesan desde diferentes ángulos y perspectivas. Actualmente me encuentro investigando sobre uno de los fenómenos más interesantes de la sociedad de consumo occidental, el Turismo.
Me interesa relacionar el pensamiento utópico político con el fenómeno del turismo y la historia del arte y poner de relieve sus puntos en común, como son la igualdad, la libertad de movimiento, la búsqueda del placer sensual a través del contacto con una naturaleza exoticizada. Factores que han permitido el nacimiento de una nueva clase social -la clase turística – libre para consumir placer, igualitaria (todas las personas en occidente pueden ser turistas si pueden pagarlo), libre de mostrar su corporeidad (¿alguien se imagina a ese señor ya septuagenario haciendo la compra en una ciudad del norte de Europa desnudo?).
Como artista observo con curiosidad (en el lugar donde he nacido) cómo el modelo occidental capitalista ha recreado su Paraiso en la Tierra, el paraiso de los trabajadores que necesitan su porción de descanso para poder continuar con sus vidas ajetreadas. Y como artista me parece que debo reaccionar artísticamente ante ello, es decir devolviendo a la sociedad un producto que funciona como un espejo deformado del lugar donde vivo, un producto cultural que me ayuda a comprender mejor el mundo.”
Nicolás Laíz
Nicolás Laíz se encuentra en la residencia de No Lugar gracias a la beca otorgada por el gobierno de Canarias mediante el Programa “Canarias Crea”.
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Nicolás: El artista español realizo su obra en torno al suvenir turístico de Quito, un objeto que conmemora un territorio, un lugar, a través de la iconografía arquitectónica, social y paisajística con la que se representa y vende al turismo la imagen de una ciudad. Su interés nace de procesos de globalización, e intercambio que genera el fenómeno del turismo ya sea en Quito como en su natal Lanzarote.
Durante su residencia en No Lugar realizo una de visitas a talleres de artistas como Pablo Gamboa, David Cevallos entre otros, además visitó el museo del Alabado (arte pre colombino), la fundación Estuardo Maldonado y varios mercados artesanales enfocados en el turismo. Estas miradas, histórica, artísticas y turísticas de una ciudad se conjugaron en la serie de piezas escultóricas en pequeño formato, utilizando partes de distintos suvenires adquiridos en la ciudad, a los cuales una ves ensamblados, los intervino a través del modelado y en algunos casos con ciertos tratamientos que simulaban arcilla aludiendo a la escultura precolombina y unifican el ensamblaje en una sola pieza.
Esta serie de objetos funcionan a manera de un Frankenstein cultural, ese signo único y total para un espacio tiempo que debe ser signado por el otro, una reflexión directa del capitalismo y como este genera los desplazamientos tanto sociales como culturales reconfigurando el paisaje social.
Registro de actividades durante la residencia: